«La Otra Orilla» continúa con la línea de sus anteriores historias, «La Extraordinaria Segunda Vida de Jimie Runner» y «Segunda Venida» (éste mi favorita hasta la fecha), explorando distintas facetas del alma humana. Aprovecho y con su permiso recupero algunas preguntas de una entrevista que le hice hace ya 3 años, cuando llevaba 50.000 palabras del libro de aquel año. Y desde aquí deseo mucha suerte a todos los nanowrimers.
LP: ¿Se te ha hecho muy cuesta arriba? ¿Qué ha sido lo peor?
GU: No se me ha hecho cuesta arriba, pero porque llevo 2 años acostumbrado a levantarme a las seis para dedicar aprox. una hora a escribir/leer. Los días de vacaciones han sido determinantes para poder recuperar ritmo, aunque he promediado unas 800 palabras por hora, que no está nada mal.
Lo peor, dos cosas:
- volver a doparme con cafeína sin parar. Llevaba un año desintoxicándome (sólo tomaba cafeína tras comidas o cenas) y ahora tendré que empezar de nuevo, pero era una de las alternativas para estimular la creatividad (la otra era el ejercicio físico, y esta no prolongaba sus efectos durante mi jornada laboral).
- unas horas al inicio del décimo día, cuando llevas 20.000 palabras y en tu cerebro más interior, algo empieza a decir que dejes de perder el tiempo y tires toda la novela a la papelera de reciclaje.
LP: ¿cómo valoras la experiencia?
GU: Genial. Extremadamente recomendable. Sin la ayuda de la comunidad,
probablemente no lo habría conseguido nunca.
LP: ¿Crees que cuando leas te encontrarás muchos fallos?
GU: Ya he empezado a leerla y me gusta. Aunque puede ser simplemente que aunque el bebé sea flaco, paliducho, feo y además esté viscoso, es mío y le quiero.
De fallos hay un montón. Ahora mismo se me ocurre que he cruzado varios trofeos de campeón de wimbledon entre dos de mis personajes (uno los ha ganado y el otro decora con ellos su despacho), pero si a Sancho le robaron el burro y volvió a montar en él el capítulo anterior a recuperarlo, bien merezco yo un poco de perdón también.
LP: ¿Alguna vez tuviste ganas de volver atrás y cambiar cosas?
GU: Nunca. Pero de nuevo aquí la clave fue la comunidad. Todo el mundo aconsejaba sepultar a tu editor interior amordazado hasta el 30N. Así lo he hecho y eso es lo que ha hecho posible escribir 50K palabras en vez de editar 50 veces las primeras mil palabras.
LP: ¿Qué hacías cuando te encontrabas con un escollo creativo?
GU: Cafeína, deporte, y si veía que el tema se encajonaba, pegar un buen salto en la historia e ir directamente al meollo de la cuestión. Alguna cosa que, dicen y parece que es así, siempre funciona es tener pensadas un par de escenas de acción o sexo, que hacen avanzar las cosas.
LP: ¿Y cuál es «tu editor»?
GU: Uso FocusWriter 1.3.0. Su punto fuerte es que es extremadamente simple y tiene bloqueos soft para no dejarte abrir nuevas ventanas mientras tienes el editor abierto (yo antes de empezar a escribir abría una ventana con los argumentos y las fotos del casting de la historia) y ya no habría nada más. Así, si quería entrar a internete tenía que cerrar el manuscrito.