Aparecieron sin avisar, angustiados por omitir cualquier protocolo y con un mensaje aciago: nuestro Universo había chocado con otro; la onda de destrucción avanzaba a velocidad c hacia la Tierra. Pero ellos podían salvar a algunos, intentar que la Humanidad no cayera en el olvido. Mientras los cien niños afortunados eran elegidos, recorrieron todo el planeta recogiendo animales y otras muestras. Su peculiar arca partió, dejándonos con dos años de espera y la mirada perdida en el cielo, buscando el invisible final de nuestro espacio-tiempo.
Abril de 2012