-Lo sabemos, Caperucita Amarilla. Sabemos lo importante que era que avisaras al leñador.
El perro de madera de Pinocho ladró asintiendo, y las siete enanitas le hicieron gestos de apoyo.
-Pero nos estamos quedando sin tiempo para esta sesión. Esta semana no quiero que penséis en por qué os borraron de vuestros cuentos, y sino en por qué no construís vuestras propias historias.
Octubre de 2014