Cosas que hacer en Austin cuando estás vivo II

Sigo con una lista de consejos por si alguna vez acabais en Austin y no sabéis que hacer. Vamos a pasar a otras curiosidades, como, por ejemplo, medios de transporte:

Austin Pubcrawler.
Fuente: La propia página.

¿Quieres pedalear y beber cerveza a la vez? Esto se consigue gracias al pubcrawler, que a veces se ve por las calles y se puede reservar por grupos. Todos beben y pedalean menos uno, el conductor designado, que debe dirigir el vehículo. Para parar y arrancar, una campana suena avisando a los pedaleantes. Un medio de locomoción curioso, cuando menos.

El servicio se llama Capital Pedicab
Fuente: Los dueños

Aunque ver el pubcrawler es algo complicado, resulta mucho más sencillo cruzarse con un taxi a pedales o pedicab. El centro de la ciudad está lleno de ellos. Te montas, y te llevan donde quieras. Con su propio sudos y esfuerzo. Como no van muy rápidos, y tampoco están encerrados tras puertas cerradas, al pasar a tu lado los ciclo-taxistas incluso se ofrecen: ¿Le llevo a algún sitio, sir?

No es Sevilla, es Texas
Fuente: austincarriage.com

El último pero no por ello menos espectacular medio de transporte que llama la atención es el carruaje. No es que te lleven por el parque, es que están en mitad de la ciudad, entre rascacielos. Y no unos cuantos, sino varias decenas de coches de caballos. Se trata en general de carros de lujo, algunos hasta con cuatro filas de asientos. Aunque, hasta la fecha, sólo he visto parejas montadas, disfrutando del romanticismo del momento.

Barton Strings
Fuente: Página del ayuntamiento de Austin

Y tras el ejercicio, nada mejor que bañarse en las fuentes de Barton (Barton Springs) si es verano. Se trata de un manantial natural de aguas frías cuya salida han encauzado, represado y asfaltado hasta convertirlo en unas piscinas naturales y sanas. Y privadas. El propio Sr. Barton, en el siglo XIX, fue quien compró los terrenos y empezó a cobrar entrada. Ahora cuesta $3 entrar, y, con el calor que hace en Austin en verano, merece la pena.

Como curiosidad, al otro lado de la represa que mantiene la piscina llena, por donde se desaloja el agua y fluye hacia el río Colorado, los austoniano acuden con sus perros a que se refresquen, porque no se permiten animales en la parte privada. Si te quieres ahorrar $3 y no te importa, puedes bañarte allí.

Seguimos la semana que viene.

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