«¡El cuadro se ha movido!», exclamó Xong Jing ilusionado. «Qué imaginación tienes», sonrió su madre tirando de él.
Al otro lado del lienzo, el niño señalaba la ventana mágica pero nadie le hacía caso.
24 de Septiembre 2011
Escrito durante Envuelto para Relato 2011